Polifacético diplomático dominicano, jugador de polo, piloto de bombarderos B-25, piloto de Ferraris en Le Mans, y busca tesoros perdidos en el Caribe. Pero fue su éxito con mujeres, lo que le convirtió en una leyenda. Sus conquistas incluyeron a Eva Perón, Ava Gardner, Jayne Mansfield, Veronica Lake y Dolores del Río. La cuenta final nunca se sabrá. Un amigo confirma que “Rubi”, quien se casó con las dos mujeres más ricas del mundo una detrás de la otra, Doris Duke y Barbara Hutton, sedujo a "miles de mujeres" mientras vivía en París en los 50 y 60. Truman Capote describió en su novela inconclusa “Answered Prayers”, el principal atributo del play boy como “Una macana de once pulgadas, tan gruesa como la muñeca de un hombre". Su constante estado de erección le ganó el apodo de "siempre listo". Cuando le preguntaron que comparara el miembro de Rubirosa con sus zapatos el escritor, reconoció que los zapatos eran más pequeños. El legado de Rubirosa todavía vive en París. Cuando un comensal solicita a un camarero el pimentero gigante, todavía pide un "Rubirosa". Se estrello con su Ferrari descapotable en el Bois de Boulogne. Estaba casado en aquellos momentos con Odile Rodin.
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